Pasear por Barcelona, intentando captar detalles que habitualmente se nos escapan, te ofrece la posibilidad de descubrir muchos elementos interesantes, que seguro te llamarán la atención.
Si miras hacia el suelo te pueden sorprender:
Si miras hacia el cielo, entre otras tantas cosas, descubrirás las numerosas cúpulas que coronan infinidad de edificios de la ciudad…
Pero si te decantas por observar las fachadas de los diferentes edificios, te encontrarás con un sinfín de placas, de piedra o de metal, con interesante información. Entre la gran variedad con las que te puedes cruzar, están
Incluso placas que dejan constancia del paso por la ciudad de personajes famosos, tanto autóctonos como foráneos.
Pero una de las placas que, particularmente, siempre me ha llamado más la atención es la que hay colocada en la esquina del carrer de la Boqueria con el carrer Cardenal Casañas, y que ya comenté en el post que le dediqué a Santa Eulàlia, con motivo de la celebración de su festividad.
La mayoría de las veces que había pasado por delante siempre me había parado a intentar comprender el significado del texto, sin conseguirlo. Pero esta última vez fue la definitiva.
Usando mis rudimentarios conocimientos de latín, la ayuda de una experta en la materia y complementando a través de diversas consultas por internet… al final lo he conseguido, a pesar que me sorprendieron con el comentario que el latín usado «¡era clásico!»
La verdad es que la traducción (que no se puede decir que sea magnífica) me ha planteado nuevas preguntas, pero creo que una parte del camino para saciar mi curiosidad ya lo he andado.
Aquí os dejo el resultado…
durante el reinado de Carlos III,
de la pública devoción
de sus fieles.
Buscando referencias históricas de hechos que tuvieron lugar en la Barcelona del año 1785, he encontrado -pero no he podido contrastar-, que el 31 de enero se inició la construcción del edificio de la aduana y que el 16 de julio se creó la figura de los voceadores o centinelas nocturnos, que popularmente se conocerían como serenos.
Sin embargo, no he encontrado ninguna información respecto al mencionado «Senado de la ciudad», y menos aún sobre la figura de Josep Ferrera i Pascual… a pesar de haber estado buscando incluso por ¡el sector farmacéutico!, ya que parece ser era un boticario de la calle de la Boquería.
Si alguien puede aportar más al respecto, aquí os dejo el post pendiente de finalizar… Se agradecerán nuevas informaciones.
El «senado de Barcelona» al que no has encontrado ninguna referencia es el ayuntamiento de Barcelona. El edificio de la aduana es el del puerto, que fue la primera aduana ed Barcelona (por eso en los documentos de entonces no se menciona dónde está, ya que no había otra). La verdad es que con unos mínimos conocimientos de la historia de Barcelona sabe ambas cosas. Y tu comentario al respecto de que «en esa época Barcelona tenía abolidas sus instituciones gubernamentales» da para pensar. ¿No tenía ayuntamiento entonces Barcelona o qué? Pues resulta que sí. Y esa es la institución de gobierno de Barcelona. Lo que había dejado de existir entonces era el Consejo de Ciento, por obra y gracia nada más y nada menos que la Generalitat, que se cargó todas las instituciones de gobierno barcelonesas. Por suerte, una vez mandada a paseo la misma los barceloneses pudimos tener ayuntamiento y diputación provincial.
Gracias por sus aclaraciones. Un saludo.