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DE PASEO CON LA COLOMETA Y MERCÈ RODOREDA

A Mercè Rodoreda la descubrí a través de la Colometa. Sí, la protagonista de esa magnífica obra titulada “la plaça del Diamant”, que Gabriel García Márquez definió como “la novela más bella que se ha publicado en España después de la Guerra Civil”. Una obra traducida a más de 28 lenguas, lo que convirtió a Rodoreda en la novelista catalana contemporánea que más difusión ha conseguido alrededor del mundo.

Hace unos meses, de visita a Romanyà de la Selva, y tras descubrir la ruta literaria que puedes hacer en la población tras las huellas que Rodoreda dejó en esa población de la Selva, sentí que necesitaba dedicarle un espacio en el blog, por diferentes razones.

Finalmente, he elegido hacerlo en un mes de abril, ya que un abril de 1983 fue cuando Mercè Rodoreda partió a cruzar el arcoíris.

Busto de Mercè Rodoreda en Romanyà de la Selva
Busto de Mercè Rodoreda en Romanyà de la Selva

Una buena manera de comenzar el post es transcribiendo literalmente las primeras frases de «la plaça del Diamant«, relato que comienza en boca de la Colometa:

“La Julieta va venir expressament a la pastisseria a dir-me que, abans de rifar la toia, rifarien cafeteres; que ella ja les havia vistes: precioses, blanques, amb una taronja pintada, partida en dues meitats, que ensenyava els pinyols, Ho no tenia ganes dánar a ballar, ni tenia ganes de sortir perquè m’havia passat el dia despatxant dolços, i les puntes dels dits em feien mal de tant estrènuer cordills daurats i de tant fer nusos i agafadors….”

La plaça del Diamant

Para los que lean este post y que no sean de Barcelona, la plaça del Diamant es una plaza situada en el barrio de Gràcia, núcleo principal de la antigua población del mismo nombre, limítrofe con Barcelona y que anexaron a la ciudad en 1897, junto a otras cinco: Santa María de Sants, Les Corts, Sant Gervasi de Cassoles, Sant Andreu de Palomar y Sant Martí de Provençals.

Antiguamente fue una zona eminentemente agrícola, en la que había muchas masías. La urbanización de muchos de sus terrenos se hizo de manera autónoma por parte de los propios propietarios, de ahí que sea un barrio con discontinuidad física en algunas calles, que pueden cambiar de nombre a lo largo de su extensión.

Y, por supuesto, es un barrio famoso por sus numerosas plazas. Lugares que surgieron a raiz de la desaparición del núcleo central de cada propiedad, es decir, la casa principal o masia.

Una plaza con nombre de piedra preciosa

La plaça del Diamant está situada en una zona del barrio de Gràcia que se conocía como el “barri del joier” («el barrio del joyero»), en donde también encontramos otras calles adyacentes con nombres de metales nobles o piedras preciosas. Topazi, or, perla o robí son algunos que están en el nomenclátor desde 1850, cuando el propietario de los terrenos, el joyero Josep Rossell i Imbert, promovió la apertura de las calles y se les puso nombre. Algo que explica el porqué de los mismos.

Es una de las plazas más emblemáticas del barrio. Especialmente importante durante la Festa Major, ya que su estructura cuadrada y su amplitud la hace escenario indispensable en estos días de mediados de agosto.

La plaza, que como el resto de las de Gracia se caracteriza por ser un lugar de vida y de socialización del barrio, tiene dos detalles que todavía la hacen reflejar de manera más viva la historia de la Colometa en la plaça del Diamant.

Escultura dedicada a "la Colometa" en un lateral de la plaça del Diamant
Escultura dedicada a «la Colometa» en un lateral de la plaça del Diamant

Por un lado, la existencia de un refugio antiaéreo de la Guerra Civil. Por el otro, el monumento a la Colometa y que nos recuerda al personaje más famoso creado por Mercè Rodoreda. Se trata de una escultura de bronce, de 2,3 metros de altura, obra de Xavier Medina, que se instaló en la plaza en 1984, un año después del fallecimiento de la escritora.

Lugares para descubrir a la Rodoreda y sus novelas

Una de las mejores maneras de conocer a Mercè Rodoreda, su estilo y su obra es leyendo sus libros. No obstante, siempre puedes caer en la tentación de descubrirla a la vez que haces turismo por los lugares en que vivió, o en los que se inspiró para escribir sus novelas.

Para ello tienes dos opciones. Diseñar por libre tu propio recorrido, adaptando alguno de los itinerarios literarios ya existentes. O bien al contrario, optar por a apuntarte a alguna ruta literaria guiada, que seguro también encontrarás.

Como yo que soy de experimentar, prefiero la primera opción. Por ello, si os sumáis a mi manera de hacer “turismo”, aquí tenéis información variada que os puede servir para organizaros.

El mapa literari (mapa literario)

El MLC, Mapa Literari Català d’Espais Escrits es una aplicación web, en la que puedes localizar lugares de la geografía mundial, asociados a textos y escritores de la literatura catalana.

Cada localización va unida a un texto y a una serie de contenidos multimedia complementarios.

En el caso de Mercè Rodoreda puedes recorrer virtualmente cuatro rutas. El enlace es https://www.mapaliterari.cat/

La Fundació Mercè Rodoreda. Rutas e itinerarios

La Fundación que lleva el nombre de la escritora, la Fundació Mercè Rodoreda, además de información específica sobre su biografía y su producción literaria, también incluye una relación de diferentes rutas que te permiten recorrer Barcelona y Romanyà de la Selva, visitando lugares por lo que pasó o vivió. Rutas por el lugar en el que nació, y rutas por el lugar en que falleció y está enterrada.

Mercè Rodoreda i Gurguí nació en Barcelona, el 10 de octubre de 1908. Y falleció en Romanyà de la Selva, Girona, el 13 de abril de 1983.

Nota de la autora

El enlace es https://mercerodoreda.cat/rutes-literaries

Finestres del Farró

Mercè Rodoreda vino al mundo en una pequeña casa con jardín de la calle Manuel Angelon (por aquel entonces, llamada de San Antonio), en el barrio de Sant Gervasi de Cassoles. Estudió en una escuela de Gràcia y en otra de la calle Padua, en el barri del Putxet i Farró. Tras su matrimonio, vivió en la calle Saragossa.

En el blog Finestres del Farró, su autora dedica diferentes entradas a explicar los años que la Rodoreda vivió en esa parte de Barcelona. Por lo que estoy segura que puede ser de utilidad darle un vistazo a esta información para ampliar la lista de lugares a visitar.

Aquí el enlace al post: Mercè Rodoreda: la princesa del Farró, en cuyo pie encontrarás enlazados otros tantos artículos del mismo blog, dedicados a la figura de la escritora.

La pasión de la Rodoreda por los jardines y las flores

La mención a diferentes especies de flores y plantas en sus obras es una de las características que definen a Mercè Rodoreda; algo por lo que sentía verdadera pasión. De hecho, desde su nacimiento había vivido rodeada de plantas y flores en el jardín de su casa familiar, como ella misma recordaba.

En la ciudad de Barcelona se reconoció esa pasión poniéndole su nombre a dos jardines de la ciudad. Incluso haciendo que uno de ellos se convirtiese en un jardín literario único en el mundo.

En la actualidad, ambos están cerrados al público por reformas, pero se prevé que en pocos meses puedan volver a visitarse. De ahí, que les conceda un apartado específico del artículo, con la finalidad de dejar apuntada su futura visita en la agenda de pendientes, tan pronto se puedan volver a ir a conocer y disfrutar.

Els jardins de Mercè Rodoreda

Situado entre la avinguda de la República Argentina, la Baixada de Blanes y el carrer de la Costa, este parque urbano se inauguró en 2008, con motivo del centenario del nacimiento de la escritora.

Es un parque ubicado en un terreno en pendiente, en el que no faltan parterres con plantas y árboles mediterráneos, así como otras especies más ornamentales como las palmeras y las mimosas, presentes en algunas de las obras de la escritora.

Una curiosidad que vale la pena mencionar, es la casa se muñecas que hay al lado del parque, cuyo origen explican en el artículo: Una casa de nines al costat del parc.

El jardí Mercè Rodoreda

Algo más apartado de los barrios en que vivió Mercè Rodoreda, también tiene otro jardín dedicado con su nombre, y que fue diseñado a partir de las muchas plantas y flores que la escritora menciona en sus libros.

Se trata de un jardín colgante ubicado sobre la fachada suroeste del edificio de la Casa de Convalecencia, sede del IEC, y que se llama Jardí Mercè Rodoreda. Se inauguró en 1998, y mezcla literatura y vegetación, entre la que destaca una muestra de todas las especies de flores y plantas que la escritora cita en su obra literaria. Glicinas, mimosas, nenúfares y camelias, entre otras, son algunas de las variedades que tenía el jardín.

El jardín, considerado el único jardín colgante literario del mundo, está cerrado por remodelación, y pendiente de volver a reabrirse en pocos meses.

La casa de Romanyà de la Selva

Cuando Mercè Rodoreda se instaló en Romanyà de la Selva, tras su regreso del exilio, eligió una casa con jardín. Un jardín con el que estableció una estrecha relación.

Esa relación quedaría plasmada a través de las diferentes novelas que escribió durante esos años, como Mirall trencat (Espejo roto), Viatges i flors (Viajes y flores) o Cuanta, cuanta guerra, que se sería la última novela que publicó en vida.

Como curiosidad sobre esa casa, que en la actualidad es privada y no se puede visitar, mencionar el nombre que le puso la Rodoreda: El senyal Vell.

Según parece, el nombre está inspirado en el libro Demian de Hermann Hesse, haciendo referencia a la señal que el protagonista tiene en la frente, y que Mercè Rodoreda también le puso al Adrià Guinart de Cuanta, cuanta guerra…

El pregó de la Mercè

En 1980, la escritora fue invitada por el Ajuntament de Barcelona a realizar el pregón de les Festes de la Mercè.

Una de las frases más emotivas del discurso fue: “He fet el pregó per ser barcelonina, per dir-me Mercè i per dur Catalunya dintre meu” (“He hecho el pregón por ser barcelonesa, por llamarme Mercè, y por llevar Catalunya dentro de mí”), y me ha parecido interesante incluirlo en el post.

Y para finalizar…

Para finalizar, lo haré como he empezado: recuperando una parte del texto de la plaça del Diamant, pero esta vez transcribiendo su último párrafo:

“L’aigua era freda i em vaig enrecordar que el dia abans, al matí, a l’hora del casament, havia plogut fort i vaig pensar que a la tarda, quan aniria al parc com sempre, potser encara trobaria un toll d’aigua pels caminets… i dintre de cada toll, per petit que fos, hi hauria el cel… el cel que de vegades un ocell esbarriava… un ocell que tenia set i senses saber-ho esbarriava el cel de l’aigua amb el bec… o uns quants ocells cridaners que baixaven de les fulles com llampecs, es ficaven al toll, s¡hi banyaven estarrufats de ploma i barrejaven el cel amb fang i amb bes i amb ales. Contents…”

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