Como ya explicamos en un post que escribimos hace un tiempo en Gabinete de Protocolo, existen diferentes ciudades alemanas en las que, llegado el tiempo de Adviento, algunos de sus edificios más emblemáticos se convierten en un calendario gigante.
Este año, Barcelona -que no destaca especialmente por ser referencia en ese tipo de decoraciones- se ha sumado a la lista gracias a una iniciativa de la Casa Amatller.
Un calendario de Adviento diferente
Tal y como manda la tradición de los calendarios de Adviento, desde el día 1 de diciembre y hasta el día 24 (día previo a Navidad), se abre diariamente una ventana y nos descubre alguna sorpresa que guarda en su interior.
Siguiendo esa pauta, la fachada de Casa Amatller ha sido el escenario elegido para transformarla en uno de esos calendarios navideños, que se puede considerar como una idea pionera en Barcelona.
Del 1 al 24 de diciembre, la Casa Amatller publicará a través de sus Instagram Stories una fotografía vintage con imágenes de tradiciones navideñas o invernales catalanas, obtenidas durante la primera mitad del siglo XX, y que forman parte del excelente fondo de negativos que guarda el Institut Amatller d’Art Hispànic.
¡Si todavía no sigues el perfil, ya estás tardando! Entra y disfrútalo: casamuseuamatller.
Otras novedades con aroma a Navidad
Paralelamente a la apertura de las ventanas del calendario de Adviento en la fachada de Casa Amatller, esta temporada también han preparado una variada agenda de actividades, dirigidas a todos los miembros de la familia.
El Pesebre y la mesa de Navidad
Desde el 1 de diciembre y hasta el 6 de enero, los que visiten el interior de la casa de los Amatller podrán disfrutar de algunos detalles de las tendencias modernistas en el montaje de las mesas de Navidad, gracias a la recreación que se ha realizado en el comedor y en la salida de música.
Durante el recorrido también se podrá ver un Pesebre montado usando una colección de cromos antiguos que Chocolates Amatller solían editar para la Navidad.
Visitas teatralizadas junto a la Teresa Amatller
Tal y como hicieron durante la temporada estival, también esta Navidad y Año Nuevo se han reservado cuatro noches para que la Teresa Amatller y su gobernanta de confianza, la Justa, acompañen a los visitantes por la casa, y les vayan explicando anécdotas y chismes de cómo funcionaba la casa en época de los Amatller.
El diseño de una nueva fachada
Y por último, también se ha pensado en los miembros más pequeños de la familia, y se les invita a participar y aportar nuevas ideas que ayuden a rediseñar la fachada exterior de la casa, si llegase el caso.
Una fachada llena de simbolismo
Si nunca te has parado a observar con detenimiento la fachada de Casa Amatller, la excusa del calendario puede ser un excelente motivo. Una fachada ricamente ornamentada, que es una auténtica alegoría a las actividades comerciales, historia y aficiones de la familia Amatller.
Tal y como haría un organizador de eventos ante un sitting protocolario, párate frente a ella y, de izquierda a derecha, ves observando de manera pormenorizada cada uno de los múltiples detalles que irás viendo.
La ventana izquierda del primer piso
Fíjate en la ventana de la izquierda del primer piso. Es la de la habitación privada del propietario de la Casa.
Podrás ver el busto de un hombre con una cámara fotográfica -hecho curioso si pensamos que la casa data de 1900-, elemento con el que se deja constancia de la pasión de Antoni Amatller por la fotografía y por los viajes, algo que contribuyó a convertirlo en uno de los primeros “turistas” catalanes. De espíritu aventurero y curioso, sus viajes le llevaron a recorrer media Europa, y a lugares tan míticos como el Estambul, el Marruecos y el Egipto de principios del siglo XX.
El balcón central
En la parte central de la fachada destaca un balcón con una impresionante baranda de hierro forjado, al que se abren tres balconeras. Cada una de ellas está coronada con un escudo que representa las tres principales alegorías de las actividades más habituales de los Amatller: industria, artes y coleccionismo.
La tribuna lateral derecha
Y en la parte derecha, encontrarás el elemento más espectacular de la fachada, que no es otro que la tribuna principal que, a diferencia de otras casas modernistas de Barcelona, se sitúa en las habitaciones privadas de la hija del propietario y no en el salón principal, cosa que hace que quede relegada a un lateral, pero que le otorga aún mayor encanto. Una tribuna que interiormente es igual a un espectacular mirador de un palacio gótico.
Observándola con detenimiento, podrás ver una A gigante, que perfila toda la decoración y que hace referencia al apellido de la familia. En su interior hay otras tantas A más pequeñas, acompañadas de diferentes grabados con la flor del almendro.
Entre los ornamentos más destacables verás unas letras góticas, esculpidas en piedra. Se corresponden a un verso de la poetisa Dolors Monserdà, suegra de Puig i Cadafalch, y que también hace referencia al almendro. Dice: “L’ametller és florit, l’bon temps s’acosta, ab sos nius d’ausells y sos poms de roses” («El almendro está florido, el buen tiempo se aproxima, con sus nidos de pájaros y sus ramos de rosas».)
La puerta de la entrada principal
Siguiendo con el recorrido visual por la fachada, bajad la vista hacia la parte superior de la puerta de entrada, y allí veréis diferentes personajes que siguen evocando las aficiones de los Amatller.
Pero especialmente destacables las figuras alegóricas de la leyenda de Sant Jordi, entre las que destaca la del santo patrón matando al dragón, situado en un lateral de la puerta, que personalmente siempre hemos pensado que es el más apasionante de los muchísimos que hay repartidos por toda Barcelona.
Un consejo de lo más dulce para el final
Y si vas de visita o decides pararte a observar la fachada, un consejo de lo más dulce: no te vayas sin entrar a la cafetería que hay al fondo del vestíbulo, y regálate una xicra de xocolata con unas rebanadas de pan, digna del propio Baró de Maldà.
Casa Museu Amatller
Passeig de Gràcia, 41
Barcelona
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