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ALEGRIA! QUÈ ÉS FESTA MAJOR!

¡Barcelona ya está de «Festa Major» un año más! A pesar de la crisis y de los desánimos colectivos, es evidente que la tradición no perdona, pero ¿alguien se ha preguntado alguna vez el porqué de las fiestas mayores?

¿Por qué se creó el concepto de Fiesta Major?

Según la teoría, el concepto de Fiesta Mayor es la máxima expresión identitaria de una comunidad que empezó a perfilarse a finales del siglo XVIII, pero no se consolidó hasta el XIX.

La fiesta que había reunido esa condición hasta ese momento -aunque parezca increíble-, había sido la del Corpus, por lo se considera como el antecedente de la fiesta mayor. La procesión de Corpus, fiesta institucionalizada por la Iglesia en la Edad Media, había asumido el rol de “fiesta completa” donde participaban todos los estamentos y los principales elementos simbólicos e identitarios, tanto religiosos como populares (bestiario festivo) de una comunidad, y que posteriormente se incorporaron a la fiesta mayor.

Con las nuevas corrientes de pensamiento y las reformas administrativas que se consolidaron en el siglo XIX, los municipios necesitaron buscar un elemento de identidad común que los diferenciase de otras instancias superiores, y lo encontraron en la fiesta mayor.

Evidentemente, ese tipo de fiesta no nació de un día para otro por decisión de las autoridades, sino que la propia población la fue asumiendo de manera paulatina; eso sí, girando siempre alrededor de una de sus festividades más relevantes, de ahí que haya diferentes tipos de fiestas mayores.

Hay fiestas mayores votadas, otras que conmemoran hechos destacados, otras centradas en fiestas del calendario o, las más habituales, que giran en torno a la festividad del patrón o patrón de la iglesia principal de la población. Y ese es el caso de la ciudad de Barcelona.

La Mare de Déu de la Mercè

La Mare de Déu de la Mercè es copatrona de la ciudad por decisión del Consell de Cent desde que, tras ser invocada por los barceloneses según cuenta la leyenda, intervino en la eliminación de una plaga de langostas que afectó a la ciudad a mediados del siglo XVII. En agradecimiento a ese hecho, la nombraron patrona de la ciudad junto a Santa Eulàlia.

Estatua de la Mare de Déu de la Mercè sobre la cúpula de la Basílica

La mayoría de las poblaciones celebran dos fiestas mayores a lo largo del año. La principal, que se acostumbra a celebrar en verano, y otra que se conoce como la fiesta mayor pequeña, que se celebra en invierno. La primera vez que se celebró en Barcelona una fiesta de estas características fue a finales del siglo XIX, a iniciativa del alcalde de la ciudad Francesc de Paula Rius i Taulet, pero no fue hasta 1902 cuando Francesc Cambó convirtió esas fiestas en la fiesta que hoy en día conocemos.

No podemos seguir hablando de la Festa Major de la Mercè si no hacemos un breve inciso para buscar el origen de esta devoción hacia la Virgen.

Fue un joven comerciante de telas barcelonés llamado Pere Nolasc quien fundó la Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Rendición de los Cautivos (Ordo Beatæ Mariæ Virginis de Redemptione Captivorum), más popularmente conocida como Orden de la Merced.

Según la leyenda, la noche del 24 de septiembre de 1218, la Virgen se apareció al comerciante y le pidió que, siguiendo con la labor que venía haciendo desde hacía un tiempo por propia iniciativa, convirtiese a su grupo de seguidores en una orden de monjes mercedarios que se encargasen de la redención de los cristianos que habían sido hechos presos por los musulmanes.

Leyenda o no, la cuestión es que con el apoyo de las autoridades civiles y eclesiásticas la Orden tuvo mucho éxito en su empresa, consiguiendo la liberación de muchísimos prisioneros. Como muestra del apoyo de las máximas instituciones, se permitió que en su escudo utilizasen las cuatro barras de gules sobre fondo de oro del señal real y la cruz de plata sobre fondo de gules del escudo de la Catedral.

La Orden de los Mercedarios

En la actualidad la Orden de los Mercedarios continúa su labor con la atención a presos y personas marginadas.

Debido a la extensión de esta devoción por el mundo, la Virgen de la Merced o de las Mercedes, además de patrona de la Diócesis de Barcelona y copatrona de la ciudad, es muy venerada en lugares como República Dominicana, Perú, Ecuador, Chile, Argentina o Venezuela, y ¡sorpresa!… es patrona del estado de Delaware en EEUU. En España, entre otras poblaciones, es patrona de Jerez de la Frontera y copatrona de la ciudad de Cádiz.

En la Catedral de Barcelona, una de las capillas del deambulatorio está dedicada a la Mare de Deu de la Mercè, que comparte la advocación con Sant Pere Nolasc. En el retablo, que representa la fundación de la Orden, aparece el rey Jaume I y, como curiosidad, en la parte superior izquierda podemos ver una diminuta imagen de Santa Eulàlia.

Retablo sobre la fundación de la Orden de los Mercedarios
Cruz de la Orden en la capilla de la Catedral de Barcelona

Elementos que la integran: los espacios festivos

Siguiendo con la teoría de la fiesta mayor debemos nombrar algunos elementos que la integran, como las ornamentaciones, la participación de las autoridades y de las asociaciones, el pregón, el cartel, los bailes típicos, indumentaria, gastronomía propia, celebraciones religiosas y otras actividades complementarias. Uno de los elementos más característicos son los espacios festivos.

Gegants de Barcelona: en Jaume I & na Violant d’Hongria

Cuando hablamos de espacios festivos nos referimos a espacios físicos sin personalidad por sí mismos, pero valorados por la actividad que en ellos se desarrolla durante la festividad. Todas las poblaciones tienen un núcleo vital, que en el caso de las ciudades suele ser generalmente su caso antiguo, y dentro de él la plaza donde se ubican los edificios más emblemáticos de esa población.

En el caso de Barcelona, coincidiendo con la herencia del esquema básico de la Barcino romana que ha acompañado a la ciudad a lo largo de la historia con la intersección del cardo maximus y decumanus maximus, el espacio festivo más emblemático es la plaça de Sant Jaume, que corresponde al espacio que en época romana se interrelacionaba con la celebración de los acontecimientos más destacados.

Evidentemente, como la fiesta mayor no es algo inamovible y evoluciona, también el número de espacios ha ido aumentando a lo largo de los años, y se ha ido ampliando el radio de la celebración. Uno de los espacios emblemáticos de la ciudad que se incorporaron hace pocos años fue la Basílica de la Sagrada Familia, espacio que eligió la ciudad de Montreal -ciudad invitada a la Festa Major 2012- para presentar el espectáculo multimedia de luz y sonido titulado l’ode à la vie («oda a la vida»), que regaló a la ciudad, y que se proyectó sobre una de las fachadas del edificio durante las noches que duró la fiesta.

Desde entonces la participación en las fiestas de ciudades invitadas ya se ha convertido en toda una tradición, y si en el 2012 fue el turno de Montreal, la lista la podemos ampliar con Viena (lugar de orígen del Archiduque Carlos de Austria, tan ligado con la ciudad de Barcelona y que contrajo matrimonio en la Basílica de Santa Maria del Mar), Estocolmo y Buenos Aires.

La plaça de la Mercè de Barcelona

Para finalizar, no dejaré de mencionar la propia plaça de la Mercè, situada entre el carrer Ample y el passeig de Colon.

Evidentemente el edificio más emblemático es la propia Basílica de la Mercè, que es el principal santuario mariano de la ciudad de Barcelona. En 1918, el Papa le otorgó el título de Basílica Menor en conmemoración de la aparición de la Virgen a Sant Pere Nolasc.

Otro edificio destacado es el Palau de la Mercè o Capitanía General (sede de la Inspección General del Ejército), en donde había estado el convento de los mercedarios antes de la Desamortización.

Como curiosidad, comentar que la puerta de entrada que da en la plaza corresponde al acceso noble al edificio, mientras que la puerta de passeig de Colom es la trasera, ya que en el momento de su construcción todavía existía la muralla de mar, que pasaba justo a la altura de lo que hoy es el primer piso.

Cúpula de la Basílica tras la fachada del edificio de Capitanía General
Reproducción a lápiz de una fotografía de la Muralla de Mar, publicada en 1902. Foto: Wikipedia commons

Justo enfrente a la entrada principal de la Basílica está la fachada posterior del Registro Civil. Es curioso como en algunas ocasiones podemos ver parejas de novios fotografiándose junto a sus invitados a ambos lados de la plaza; unos en un lado tras contraer matrimonio civil, y los otros enfrente, tras contraer matrimonio religioso. Delante de la puerta de entrada al Registro está la Fuente de Neptuno construida en 1826, pero que ha ido dando vueltas por diferentes lugares de Barcelona, hasta ocupar en 1981 el lugar actual.

Tras la demolición de un grupo de viejos edificios que ocupaban el espacio se procedió a la recuperación de la plaza, lo que permitió poder disfrutar de la visión completa de la fachada principal del templo, así como de los diferentes edificios que la rodean. Entonces fue cuando llegó Neptuno a la Mercè y, según se dice, fue para recordar a los barceloneses que, siglos atrás, el mar había llegado hasta ese lugar.

Plató de cine: El Perfume

Como anécdota final, solo me resta decir que la plaça de la Mercè fue el lugar elegido por Tom Tykwer en 2005 para rodar las escenas iniciales y finales de su película Das Parfum (El Perfume). Gracias a la participación del grupo teatral La Fura del Baus, la plaza se ambientó como el mercado de pescado de la rue Aux Fers del Paris del siglo XVIII, y consiguió transmitir perfectamente la suciedad, la insalubridad y la oscuridad de esa época. | Enlace a un fotograma de la película

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