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GALA: LA SEÑORA DEL CASTELL DE PÚBOL

El castell de Púbol es, de los tres edificios que forman el triángulo daliniano ampurdanés, el que transmite mayor fuerza. Aunque no discutiré que pueda ser una apreciación personal, su imagen es una suma de robustez, sobriedad, ingenio y surrealismo.

La visita a la exposición que el MNAC dedicó a la figura de Gala Dalí en el verano de 2018 fue un revulsivo que despertó el interés por descubrir más sobre esa mujer. Una mujer que, hasta el momento, siempre había visto como un personaje frío y distante. De ahí que ir a visitar el Castell de Púbol -reino personal de Gala- se convirtiese en un imprescindible, que llevamos a cabo a la primera oportunidad que se nos presentó para escaparnos al Baix Empordà.

Acceso principal al patio interior del castillo
Acceso principal al patio interior del castillo, desde donde se accede a los espacios interiores

¿Dónde está ubicado el Castell de Púbol?

El Castell de Púbol está situado, como su nombre indica, en Púbol, una pequeña entidad de población que, junto a La Pera, Pedrinyà y Riuràs, forma parte de municipio de la Pera.

La Pera tiene una población que no supera los 200 habitantes y, tal y como ocurre en muchos pequeños pueblos de Girona, continua conservando un aspecto medieval de recinto fortificado, rodeado de campos de cultivo.

Terraza
Terraza interior a la que se accede desde la sala del comedor, con vistas hacia los campos que rodean el castell de Púbol

La Baronía de Púbol

La existencia del castillo está directamente relacionada con la baronía de Púbol, una jurisdicción señorial a la que se le entregó el castillo a mediados del siglo XI. El primer barón de Púbol fue Gaufred de Bastons.

A lo largo de su historia, la propiedad del castillo ha ido pasando por diferentes familias nobles, entre las que destaca el linaje de los Corbera, quienes le hicieron vivir sus años de mayor esplendor.

El mismo Dalí quiso dejar constancia de la presencia de ese linaje en el castillo en algunos detalles que se pueden ver, tanto en la decoración interior, como la exterior.

El Castell de Púbol

El Castell de Púbol está documentado desde el siglo XI, aunque la estructura sobre la que se rehabilitó el edificio actual se sitúa entre los siglos XIV y XV.

Tiene una altura de tres plantas, que se estructuran alrededor de un patio interior con escalera noble, y forma un cuerpo indisoluble con la iglesia anexa de Sant Pere de Púbol. Un templo que inicialmente pertenecía al castillo, pero que en la actualidad funciona como iglesia parroquial.

Frente a la fachada principal, el castillo conserva parte de las murallas que rodeaban el recinto, y anexo a uno de sus laterales, se extiende un jardín de estilo afrancesado, pero con diferentes detalles dalinianos.

Caras de Wagner
Detalle de las caras de Richard Wagner junto al estanque del castell

En las fachadas exteriores del edificio principal se pueden apreciar diferentes elementos góticos-renacentistas originales que, a pesar del estado de ruina que tenían cuando Dalí lo adquirió, se supieron conservar y potenciar durante su rehabilitación.

En definitiva, como se puede apreciar, la sobriedad de la construcción fue uno de los elementos que ayudaron a que Dalí lo convirtiese en un lugar pensado y adaptado exclusivamente a los gustos y a la personalidad de Gala. Un lugar donde ella se encontraba a si misma.

Gala Dali Pubol
Una de las pocas fotografías que Gala permitió que le tomasen en el interior de su castillo

Una relación de amor cortesano

Según nos explican durante la visita, una vez consolidada la relación que inició el pintor con su musa en 1929, a lo largo de la década de los años 30 la pareja empieza a viajar, eligiendo entre otros destinos Italia. País en el que Gala descubre la Toscana, y en donde se enamora de las maravillosas casas nobles que hay por allá. Y, fue entonces, cuando Dalí le prometió que le compraría un castillo, para convertir su sueño en una realidad.

La promesa se dilató en el tiempo, y no fue hasta 1968 que Dalí pudo cumplir con su promesa. En ese año, finalmente, Dalí adquirió el Castell de Púbol con la única intención de entregárselo a Gala.

A pesar de lo inconcebible que a muchos nos podría parecer, el regalo no entusiasmó demasiado a Gala, dado que ella quería haberlo podido tener en la Toscana. Pero, según nos explican, tras mucho insistir, Dalí consiguió que lo aceptase, a fuerza de silbarse al oído de manera recurrente el nombre del lugar: Púbol!  Púbol!

Un estricto protocolo

Cuando Gala opta por aceptar el regalo, establece una serie de condiciones sobre cómo tendrá que funcionar la vida social en él. El castillo será un lugar exclusivo para Gala, a donde solo se podrá acceder previa invitación escrita de la anfitriona. Condición que, incluso, impone al propio Salvador Dalí, quien acabaría diseñando el tarjetón de las propias invitaciones.

A partir de ese momento la surrealista relación que la pareja había llevado desde el primer momento, se transforma en algo así como una especie del amor cortés medieval que solía mantenerse entre una dama y su caballero. Evitando que la familiaridad pudiese romper la magia de los encuentros…

Castell de Pubol escalera noble
El tapiz que cubre el lateral de la escalera noble del castell le hace un guiño al «amor cortés» que se estableció entre Gala y Dalí

Consecuencia de ese estricto protocolo, durante la visita al Castell de Púbol se pueden ver diferentes vitrinas repletas de objetos variados que son algunos de los muchos regalos que Dalí le llevó a Gala en cada una de las visitas que le hizo. Regalos comparables a los obsequios que se suelen llevar cuando acudes a una comida o una cena, respondiendo a una invitación formal.

Las exigencias de Gala

Además del protocolo y la etiqueta en las invitaciones, Gala también le envía a Dalí un listado de peticiones que quiere que se tengan en cuenta en la reconstrucción del castillo y en la decoración interior. La más importante a tener en cuenta: la austeridad. Algo que, tras finalizar la visita, comprobarás que se supo cumplir escrupulosamente.

De hecho, esa austeridad impuesta por Gala como propietaria del castillo es consecuencia de su deseo de vivir en un hogar totalmente diferente a la casa de Portlligat, lugar que considera sobrecargado y opresivo.

Otra de las peticiones incluidas en el listado es el deseo de que Dalí llene el castillo de rosas y rosales, ya que son las flores preferidas de Gala. Un deseo que Dalí hizo realidad combinando la plantación de rosales en el exterior, e incorporando diferentes motivos florales en la decoración interior.

El aire romántico de un castillo en ruinas

Tal y como hemos comentado, cuando Dalí adquiere el Castell de Púbol, éste está prácticamente en ruinas, lo que obliga a llevar a cabo una completa reconstrucción.

Fachada lateral Púbol
Fachada de uno de los laterales del castell, desde la que se accede al jardín

Esa reconstrucción se realiza pensando exclusivamente en la persona de Gala y en sus gustos. De ahí que Dalí utilice las propias ruinas como un elemento que permita salvaguardar el aire romántico que inspiran.

A modo de ejemplo, en la fachada por la que se accede al patio interior, todavía se puede observar una grieta vertical original, que Dalí no quiso tapar para dejar constancia de la herida que el paso del tiempo había producido en el propio edificio.

La reconstrucción empezó en 1968 y finalizó en 1971.

La señora del castell de Púbol

Una vez finalizadas las obras de reconstrucción, Gala se instaló allí, donde viviría hasta su fallecimiento. No obstante, el castillo solo lo utilizó como casa de verano, pasando tres semanas al año, mientras que el resto del tiempo lo repartía entre París y Nueva York.

El castillo se convirtió en un lugar cerrado y protegido de las miradas extrañas, en donde la vida existía solo de puertas para adentro. Por ello acabó adquiriendo una aureola de lugar mitificado e inaccesible que levantaba mucha curiosidad. Resguardado de periodistas y curiosos, la primera vez que se publicó un reportaje fotográfico fue en una edición especial de la Revista Vogue, pero que incluía, principalmente, imágenes del exterior.

La corona de leche
La corona de leche. Salvador Dali, que se puede ver en la exposición permanente que hay instalada en la buhardilla

Tras la muerte de Gala en 1982, Dalí se instaló allí de manera permanente hasta 1984, cuando tuvo lugar el aparatoso incendio que le produjo graves quemaduras y se vio obligado a abandonarlo  y trasladarse, de manera definitiva, a la Torre Galatea, en donde falleció en 1989.

Gala continua reposando allí, en uno de los dos sepulcros que hay en la cripta, al lado de una tumba vacía que sigue esperando los restos de Salvador Dalí.

El interior del castillo

El salón de los escudos

La primera estancia a la que accedes, al subir al primer piso por la escalera noble que hay en el patio central y de la que cuelga un espectacular tapiz, es el salón de los escudos, en donde están expuestos los escudos nobiliarios de las diferentes familias que habitaron el castillo.

Salón de los escudos Pubol
Trono de Gala y acceso a los aposentos privados del castell

Esta sala es un impresionante vestíbulo, con mil y un detalles propios de las excentricidades surgidas de la mente de Dalí, entre las que destacan el trono y la corona de tenedores diseñados para Gala como reina del castillo.

Entre las piezas decorativas destacan: la silla de cucharones que Dalí diseñó pensando en Federico García Lorca, a quien parece ser que le gustaba el sonido de la palabra catalana «cullareta», así como diversas sillas modelo Mackintosh,  pensadas para que nadie pueda ver a los comensales que las usan.

Otra curiosidad que hay en la sala es la puerta de acceso a la antigua cocina -que como veremos Dalí transformó en el baño privado de Gala-, y que optó por tapiar. Dejando un lienzo en blanco donde pintó una puerta abierta, que simula la entrada al lugar al que originalmente conducía.

Castell de Pubol
Puerta pintada en la pared que simula el acceso a la antigua cocina, que Dalí tapió para reconvertir en el baño de Gala

A la izquierda del salón, visto desde el lugar del observador, se accede a los aposentos privados de Gala. Sobre la cornisa de la puerta, y a modo de advertencia, te sorprenderá una figura de Gala amenazadora, con la que Dalí quiso representar la absoluta privacidad de esas estancias de la casa.

A la derecha, se puede entrar directamente en el lugar en donde estaba el comedor aunque, de hecho, todas las estancias de la planta están comunicadas entre ellas, por lo que se puede realizar un recorrido continuo desde la primera a la última estancia.

Cullareta Pubol
Salón de los escudos con la silla «cullareta» que Dalí le diseñó pensando en Federico García Lorca

La sala de música

La sala de música o salón del piano es una de las dependencias en donde el surrealismo daliniano se observa tanto en la decoración como en el mobiliario. Las que más nos llaman la atención:

Una claraboya a modo de mesita de centro permite ver lo que hay en el piso inferior, donde se solía colocar cualquier pieza recibida como regalo, para decorarlo.

Castell de Púbol
En la sala de música destaca una impresionante puerta de madera de una sola cara

Una impresionante puerta de madera, que solo se puede ver por un lado, ya que queda oculta al pasar a la siguiente habitación.

Supuestos radiadores pintados que cubren los verdaderos radiadores (ya que Gala los quería escondidos), y que se suman a las piezas de decoración de la sala.

En una de las paredes destaca una interesante pintura que recoge detalles relacionados con las supersticiones de Gala, y que hay que observarla detalladamente. En ella aparece un camino en forma de serpiente y el número 7 (con simbología mágica y espiritual), que enlazan el pasado y el presente de Gala, representados por la iglesias ortodoxas (Rusia) y el castillo (Púbol).

La habitación y el baño privado de Gala

De estas dos piezas la que más llama la atención es el baño. Una pieza que se puede definir como perfectamente daliniana.

Tocador de Gala
Dalí diseño el tocador de Gala sobre la antigua cocina económica del castillo

Es el resultado de la transformación de la antigua cocina del castillo en un baño, manteniendo elementos propios de la misma pero reinventados como piezas de una zona de aseo:

Un tocador montado sobre la antigua cocina económica, junto a un gran hogar enmarcado por una gran G de Gala.

En la zona de aguas destaca una grifería diseñada en base a la cinta de Moëbius.

Griferia Pubol
La grifería de la bañera está diseñada en base a la cinta de Moëbius.

La Biblioteca

A través de la puerta de una sola cara que hay en la sala de música se accede a la biblioteca, y de allí a la habitación de invitados, al office, a la cocina y, finalmente, al comedor, desde donde se regresa a la salón de los escudos.

La biblioteca muestra un lugar acogedor e íntimo, con calor de hogar.

Ajedrez Pubol
El juego de ajedrez

Entre la variedad de detalles decorativos expuestos en la biblioteca, destaca especialmente un juego de ajedrez, en el que el rey y la reina están representados con una reproducción de los dedos pulgares de Dalí y de Gala, respectivamente.

La habitación de invitados

Además del color rojo que domina en la tapicería de la habitación (algo que contrasta con el azul imperante en la habitación de Gala), el detalle más impactante de esa habitación (en donde se hospedaba Dalí durante sus estancias en el castillo), es la vitrina en la que se expone un importante número de extravagantes objetos, que Dalí solía regalar a Gala cuando era invitado a visitarla, según el protocolo establecido.

El comedor

Es el lugar desde el que se accede a una encantadora terraza con vistas hacia los campos que rodean el castillo. Destaca un impresionante armario de madera coronado con la cabeza de un león.

Además de la mesa y las sillas propias de un comedor rural, la sala cuenta con una chimenea en uno de sus laterales que representa una gota de agua antes de romperse.

Chimenea comedor Pubol
Chimenea del comedor, simulando una gota de agua al caer

En un rincón, junto a una de las ventanas, está el espacio en donde Dalí pintaba cuando se instaló en Púbol los últimos años de su vida, presidido por un caballete, un sillón y un maletín de pinturas.

Castell de Pubol
Último taller de Salvador Dalí

Una buhardilla de alta costura | «Las galas de Gala»

Desde una escalera interior se accede a buhardilla, situada en la tercera planta, en donde hay una exposición permanente de objetos que formaron parte de la vida de Gala y de la relación que mantuvo con Dalí. Entre ellos, a modo de ejemplo, la pintura de una corona de leche, la popular corona líquida que Dalí había pintado inspirándose en la imagen que produce la caída de una gota de leche cuando impacta con una superficie.

Las galas de Gala
Colección de alta costura propiedad de Gala Dalí

Destaca la alucinante colección de vestidos de alta costura que pertenecieron a Gala, diseñados por Christian Dior, Chanel o Pierre Cardin. Asimismo, la exposición muestra en paneles explicativos diferentes escritos, como poemas y cartas.

Uno de los textos es un poema que Paul Éluard (con quién Gala estuvo casada entre 1917 y 1924, y que abandonó para irse con Dalí), le envió en una carta en febrero de 1931, cuando ya vivía con él, y que se titula Par une nuit novelle:

Femme avec laquelle j’ai vécu
Femme avec laquelle je vis
Femme avec laquelle je vivrai
Toujours la même
Il te faut un manteau rouge
Des gants rouges un masque rouge
Et des bas noirs
Des raisons des preuves
De te voir toute nue
Nudité pure ô parure parée

Seins ô mon coeur

El exterior del castillo

El jardín y el estanque

El jardín del Castell de Púbol es otro lugar que no te va a dejar indiferente por su aspecto salvaje, a la vez que románico. Algo así como un bosque, intencionadamente descuidado.

Y como no podía ser de otro modo, también guarda una línea de pinceladas surrealistas en su decoración, con el conjunto de esculturas que lo adornan, y que se encuentran perfectamente escondidas entre el follaje.

Elefante con patas de saltamonte
Uno de los cuatro elefantes con patas de saltamontes que decoran el jardín

Quizás el elemento más destacado sean los cuatro elefantes con patas de saltamontes (que representan una pesadilla de la infancia de Dalí), y que están ubicados equidistantemente en cuatro puntos del jardín, guardando una perfecta geometría. Todos ellos miran hacia la fachada lateral del edificio principal y, se supone, que cada noche avanzan un trecho hacia el castillo, para conquistarlo.

¡Guardadme un secreto! De los cuatro elefantes, uno no es obra de Dalí. Es obra del albañil de la Pera, a quien Gala le pidió que lo hiciese, ante la negativa de Dalí a realizar cuatro.

Sobre el lomo de uno de los elefantes, Dalí colocó un cuervo (símbolo de la familia Corbera).

Un estanque con las caras de Wagner

Si algo te llamará la atención del estanque que hay en un extremo del jardín son las caras de Richard Wagner que decoran la pared anexa a uno de los laterales.

Estanque de Púbol
Decoración de un lateral del estanque con diferentes bustos del compositor Wagner

Tanto Gala como Dalí eran dos enamorados de la música wagneriana, lo que explica la elección de esas caras. De hecho, si en el interior del castillo escuchas con atención, te darás cuenta que la banda sonora de Tristán e Isolda te acompaña durante todo el recorrido por sus salones y habitaciones. Una manera de recordar la pasión de los Dalí por el músico alemán.

El garaje

Situado en la planta baja del edificio principal, en el garaje se guardan diferentes vehículos. Entre ellos una calesa, un Cadillac del 76 con matrícula de Mónaco, y el popular Datsun 610 Wagon que Dalí publicitó en 1972, mediante uno de sus dibujos.

Datsun Pubol
Modelo Datsun 610 Wagon que Dalí publicitó en 1972
Datsun Salvador Dalí
Dibujo de Salvador Dalí que realizó para publicitar el modelo Datsun

La cripta | El lugar de reposo definitivo de Gala Dalí

A la cripta, lugar de reposo de los restos de Gala Dalí, te recomiendo que bajes al final de la visita. Aunque es una recomendación personal.

Siguiendo los deseos de Gala, el lugar se construyó de una manera muy austera. Destaca por el silencio y el recogimiento que transmite el lugar.

Cripta Gala Púbol
En la cripta solamente está enterrada Gala ya que, a la muerte de Dalí, se decidió mantener su cuerpo en el teatro-museo de Figueres

En el acceso a la cripta, tres cabezas de león cumplen con la función de proteger y acompañar a Gala. Y en la propia cripta subterránea, dos lápidas presiden el espacio. En una de ellas está depositado el cuerpo embalsamado de Gala, a quien colocaron con la mano extendida esperando poder dársela a Dalí.

De hecho,  se construyeron incluyendo una cavidad interior que conectaba las dos tumbas, con la finalidad que los cuerpos se pudiesen colocar tocándose las manos. No obstante, eso nunca ha pasado dado que, tras su fallecimiento, Dalí fue enterrado en el museo de Figueres.

De ahí, que la señora del castell de Púbol permanece sola en la cripta, con la única compañía de los detalles surrealistas que decoran el espacio.

Leones Pubol
Los tres leones que franquean la entrada a la cripta donde reposan los restos de Gala

Epílogo

La reconstrucción del castillo se materializó pensando únicamente en la persona de Gala, en sus gustos y en sus preferencias. Dalí quería crearle un refugio en donde pudiese desconectar.

El resultado, como se puede comprobar durante la visita, es el de un lugar sobrio y austero, pero con lugares tan impactantes como la cocina reconvertida en baño e infinidad de detalles surrealistas que forman parte de la decoración del mismo. Pero no impiden que tenga un carácter muy acogedor y cercano.

En uno de sus escritos Dalí escribió: «Em faltava oferir a Gala un estoig més solemnement digne del nostre amor. Per això li vaig regalar una mansió edificada sobre les restes d’un castell del segle XII, a la Bisbal, l’antic castell de Púbol, on ella regnava com a sobirana absoluta.»

Información práctica

Para saber más:
Gala «la reine» del castell de Púbol
El Triangle Dalinià

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