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PASEO POR LA BARCELONA DEL NODO

Si buscamos en wikipedia el significado de NODO, nos sorprenderá la multitud de definiciones que nos presenta. Existen definiciones relacionadas con las matemáticas, la física, la astronomía, la informática, la biología… Pero la que nos interesa es la que lo relaciona con la historia, por lo que nos quedamos solo con esta definición: “El NODO (acrónimo de Noticiarios y Documentales) era un noticiero que se proyectaba obligatoriamente en los cines españoles entre 1942 y 1981, antes del inicio de la película en sí”, a lo que falta añadir: “y que presentaba una visión particular de España y del resto del mundo, con escasas posibilidades de contraste por parte de los espectadores, debido a la censura y el control a que estaba sometida la prensa y la radio por aquel entonces”.

El próximo 26 de enero de 2014 se cumplirán 75 años de la entrada de las tropas franquistas en la ciudad de Barcelona, por ese motivo en el barrio de Les Corts de Barcelona, se ha dado la salida a toda una serie de actividades (exposiciones, rutas, conferencias…) con la finalidad de ayudar a los barceloneses a recordar aquellos momentos y lo que supusieron para la ciudad, donde hubo vencedores y muchos vencidos, que tras tres años de cruenta guerra tuvieron que seguir viviendo en la ciudad.

A raíz de leer un artículo que publicó La Vanguardia el pasado mes de enero, titulado “Cuando en la Diagonal había una prisión de mujeres”, me enteré que se había inaugurado una exposición en el Centre Cívic Can Déu que llevaba por título “La ruta de la memoria histórica de les Corts”, en la que se realiza un recorrido fotográfico por trece lugares del Distrito (algunos de ellos ya desaparecidos), relacionados con la historia de Barcelona de principios de los años 40.

Me puse en contacto con ellos para solicitar información sobre la ruta en sí y, a vuelta de correo, me comentaron que tomaban nota y que se pondrían en contacto conmigo tan pronto se organizase la primera salida, ya que por el momento solo se había preparado a nivel de exposición. No obstante, y gracias al tríptico informativo y al mapa de situación que me facilitaron en la exposición, me fui a recorrer los espacios por cuenta propia, a la espera de poder volver a hacerlo nuevamente, pero esa vez acompañada por expertos que incrementasen el interés de la visita.

Hace pocos días, recibí un correo que me informaba de que ya se había organizado una primera ruta guíada coincidiendo con la inauguración de una nueva exposición sobre el mismo hilo temático en la sede del Distrito de la calle Comas, titulada  “Viure a les Corts en el primer franquisme”. Y, evidentemente, ahí que me apunté…

Póster oficial de la exposición
Póster oficial de la exposición

La ruta por la Barcelona del NODO

El cuartel del Bruc

La ruta empezó frente a la entrada principal del Cuartel del Bruc, situado en la avinguda de l’Exércit en Pedralbes. El conjunto de edificios, que recuerda a los castillos medievales franceses, fue proyectado en 1929 por dos ingenieros militares, y se construyó con la finalidad de acantonar fuerzas militares en la ciudad.

Fachada principal del cuartel del Bruc en la actualidad

El motivo que llevaba a incluirlo en la ruta, fue que en la madrugada del 19 de julio de 1936, de este cuartel salieron buena parte de las tropas que se alzaron en armas en Barcelona. Tras dirigirse hacia la avenida 14 de Abril (actualmente la avingua Diagonal), se empezaron a desplegar por la ciudad, con lo que Barcelona se convirtió por unas horas en un completo campo de batalla.

Tras el final de la Guerra, y durante la época de la dictadura franquista, siempre fue visto como un símbolo de la negación de la libertad. Desde el punto de vista arquitectónico y su diseño le ha dado la fama de ser la caserna militar más original de la ciudad, y que actualmente se ha convertido en la única.

Dos curiosidades para los amantes de la fotografía. No os perdáis el juego de imágenes que crea su reflejo en el edificio de cristal de la UPC que tiene enfrente, y la estatua del Timbaler del Bruc, que aunque ahora digáis que sí, seguro que muchos de vosotros nunca os habías fijado en ella, a pesar de la cantidad de veces que habéis ido al Frankfurt Pedralbes. ¿Me equivoco? Si es así, me disculpo por la acusación, pero no os sepa mal reconocerlo. A todos los que participamos en la ruta nos había pasado por alto.

Estatua del Timbaler del Bruc, apodo legendario con el que se conoce a Isidre Lluçà i Casanoves.

El Palau de Pedralbes

Nuestro próximo destino fue el Palacio de Pedralbes. Poco os voy a explicar sobre ese lugar, ya que para ello podéis leer los dos posts que le dediqué en exclusividad (cuyos enlaces encontraréis al pie del post). Pero ¿por qué incluirlo en la ruta?

Primero porque fue un lugar de acogida de niños refugiados durante la Guerra Civil. Segundo porque, desde octubre de 1937 hasta el final de la Guerra, fue la sede oficial del gobierno de Madrid (época en la que en Barcelona convivieron tres gobiernos a la vez: el central, el vasco y el gobierno de la Generalitat).

Tras el final de la guerra, fue donde se hospedó la primera autoridad internacional en visitar la ciudad, el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Galeazzo Ciano, yerno de Benito Mussolini, que había facilitado la intervención italiana a favor de los sublevados durante la Guerra Civil; de ahí, los honores que se le dispensaron a su llegada a Barcelona.

Y, finalmente, porque fue el lugar que eligió Franco como residencia oficial durante sus estancias en la ciudad de Barcelona.

Hace unos días, y coincidiendo casualmente con la ruta, han emitido la miniserie de televisión “Carta a Eva”, que me ha llamado particularmente la atención ya que una buena parte de las escenas se habían rodado en ese palacio. ¿Te habías fijado?

Entrada principal al Palau de Pedralbes
Escalera de honor

A la salida, nos paramos frente a la puerta principal de acceso. Justo enfrente, cruzada la Diagonal, es donde se levantó en 1951 el monumento franquista por excelencia de Barcelona, el Monumento a los Caídos y que, a pesar que ninguno de los participantes lo recordábamos, estuvo allí hasta 2005.

Lo construyeron los arquitectos municipales Florensa y Soteras, y se le añadió una estatua de Josep Clarà. Al ver la fotografía que nos dejó Mireia, nuestra guía, a todos nos recordó una especie de “mini puerta de Brandemburgo”. Actualmente el espacio -un gran parterre de césped- está dedicado al jurista catalán Ramon Maria Roca Sastre.

Parterre frente al Palau de Pedralbes que antiguamente ocupó el Monumento a los Caídos

La plaça de Pius XII

Siguiente destino de la ruta: La plaça de Pius XII, donde en 1952 se celebró una misa multitudinaria durante el XXXV Congreso Eucarístico Internacional, el primero tras el final de la Segunda Guerra Mundial, que sirvió para que Barcelona volviese a ser portada en la prensa internacional, y para que el régimen franquista empezase a ser visto como un país anticomunista en lugar de fascista, y se empezase a reconciliar con el bloque occidental y el Vaticano.

Estas asambleas, que convoca el Papa con la finalidad de dar culto a la Eucaristía y orientar la misión de la Iglesia Católica a nivel mundial, suelen estar presididas por el mismo Papa o por un delegado nombrado ad hoc. En el caso de Barcelona, fue el cardenal Federico Tedeschini quien lo presidió como legado pontificio.

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Señalización hacia la plaça de Pius XII junto al Palau de Pedralbes

Y os preguntaréis ¿qué de especial tuvo esa presencia? Pues resulta que el cardenal Tedeschini fue nuncio apostólico en España entre 1921 y 1939, y a quien el gobierno republicano le concedió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica en 1935. Pues bien, el gobierno y las autoridades franquistas tuvieron que hacer un gran esfuerzo para recibirlo con todos los honores que el protocolo exigía. Era mucho lo que había en juego para volver a ser aceptados en la esfera internacional, y no podían pasar la gran ocasión que se les presentaba para iniciar una importante campaña de marketing internacional.

El Congreso también sirvió como excusa para dar inicio a las primeras transformaciones a nivel urbanístico de la ciudad. Se eliminaron todas las barracas que había por esa zona, y sus habitantes se trasladaron momentáneamente a Montjuïc. Uno de los actuales barrios de Barcelona, el Congrés i els Indians en el distrito de Sant Andreu, se creó en esa época y, además, con una calle dedicada al Cardenal Tedeschini.

Te puede interesar: Artículo de El Periodico sobre el barrio.

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Edificio de la facultad de Farmacía de la UB en la actualidad

Gracias a algunas fotografías que nos mostró Mireia, pudimos ver el altar casi “futurista” que se levantó en medio de la nada, donde solo destacaba el edificio de la actual sede de la Facultat de Farmacia, cuya construcción fue el inicio de la remodelación y la transformación de la zona. Unos años más tarde, en 1957, se construiría el edificio de la Facultat de Dret que se convertiría en uno de los edificios de época franquista más prestigiosos entre los arquitectos contemporáneos y que, incluso, recibiría el premio FAD de arquitectura.

Como curiosidad, nos explicaron que «las casas de tolerancia» se transformaron por unos días en pensiones, tras sacar a sus inquilinas, “desinfectarlas” y adecuarlas para acoger a la enorme cantidad de peregrinos que acudieron a la ciudad durante los días que duró el Congreso.

La Maternitat

A continuación nos fuimos hacia el recinto de la Maternitat, uno de los escasos lugares de Barcelona que en los años 40 empezó a recibir pequeñas aportaciones económicas privadas para ayudar a madres con niños sin recursos; de ahí su relevancia en esa época de carencias. En ese recinto todavía se conserva el último de los pabellones que se construyó a finales de los 50, y que se dedicó a Francesc Cambó, en agradecimiento a las cuantiosas aportaciones económicas que hizo al bando nacional durante el enfrentamiento, que denominó como “cruzada española”.

Estando en la Maternidad, Mireia aprovechó la proximidad del lugar con el antiguo campo de futbol de les Corts, para recordarnos la Huelga de Tranvías de 1951, primera prueba de fuerza popular en contra de la Dictadura desde el final de la Guerra. Uno de los hechos más simbólicos ocurrió cerca de ese lugar, cuando a la salida de un partido de futbol, y a pesar de la lluvia, todo el mundo decidió boicotear el uso del tranvía y regresar a sus casas caminando.

Recorte de prensa de la huelga de tranvías
Recorte de prensa de la huelga de tranvías de 1951

Antigua prisión de mujeres

A esas alturas, la ruta ya se acercaba a su trayecto final. Siguiente destino: la antigua prisión de mujeres, sobre cuyos terrenos se construyó el actual edificio del Corte Inglés de Diagonal, y que en una de sus fachadas laterales luce una minúscula placa en su recuerdo. Las monjas de la Congregación de las hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, propietarias de los terrenos y responsables de la “evangelización de las presas” vendieron los terrenos a una inmobiliaria que, a su vez, se los vendió a la empresa de Ramon Areces.

El recinto, que durante la época republicana había sido un correccional de mujeres, desde 1939 hasta 1955 se convirtió en la prisión provincial de mujeres donde, en un recinto con capacidad para 150 personas, llegó a hacinar a casi 2000, de las que once salieron para ser ejecutadas en el tristemente famoso Camp de la Bota. Entre las presas destacaba la presencia de profesoras, enfermeras o porteras de edificios, tres de las ocupaciones de época republicana más fuertemente represaliadas tras finalizar la Guerra.

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Placa en memoria de la antigua prisión de mujeres de Les Corts
Lugar donde estaba el perímetro superior de la prisión de mujeres de Les Corts

En la plaça de Maria Cristina, a la altura de la avenida Diagonal, 666, todavía está la residencia de militares Conde Orgaz, un hotel para oficiales y suboficiales de los tres ejércitos y sus familias, que se construyó a finales de los 50 en unos terrenos que un particular había donado al ejército en 1939.

En el interior del edificio había una sala de reuniones conocida como sala alemana en honor a los militares alemanes que ayudaron en la Guerra. En 1941, en plena II Guerra Mundial, frente al edificio se inauguró un monolito en recuerdo de los nueve soldados fallecidos de la Legión Cóndor, y que financió el propio gobierno nazi. En 1980 fue derribado definitivamente.

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Lugar donde estuvo el monumento dedicado a la Legión de Honor

El barri de Les Corts

Y antes de finalizar la ruta con una visita a la exposición, hicimos dos últimas paradas.

La primera parada es en la esquina de las calles Anglesola y Doctor Ibañez, donde se conservan los restos de la antigua fábrica Cristalerías Planell, que cerró sus puertas en 1953, y en donde la mayoría de sus trabajadores fueron personas del barrio de Les Corts.

Este edificio, del que actualmente solo se conservan restos de la fachada, se incluye en esta ruta para simbolizar el resurgimiento del espíritu de las colonias industriales que promovió el régimen, creando talleres y fábricas donde los trabajadores no solo llevaban a cabo su jornada laboral, sino que disponían de espacios para la diversión y el consumo, y que eran vistos como incentivos de carácter social. Idea que llegaría a su zenit con la creación de la SEAT.

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Estado actual del edificio de Cristalerías Planell

Y por último nos detuvimos frente a la Iglesia de Santa Maria del Remei, en la plaça de la Concordia, donde nos mostraron una imagen del templo al final de la Guerra, y que sirvió de ejemplo para que nos diésemos cuenta de la situación en la que quedó Barcelona tras tres años de lucha, bombardeos y destrucción.

Para los curiosos que no conozcan la zona, vale la pena acercarse para ver el campanario, que se caracteriza por estar separado físicamente del cuerpo central de la Iglesia, y por la cúpula de hierro que lo corona y de donde cuelgan las campanas.

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Iglesia de Santa Maria del Remei

La plaça de la Concordia es un ejemplo de esas típicas plazas de Barcelona que te permiten sumergirte en lo que fueron los antiguos pueblos del Pla de Barcelona, en este caso, el pueblo de Les Corts. Todavía conserva el encanto y la tranquilidad de su pasado, como ocurre con algunas de Sarrià, Gràcia u Horta.

Una vez en la plaça Comas, dimos por finalizada la ruta, y entramos a visitar la exposición, que permitió poner imagen al magnífico relato histórico con el que nos había ido regalando nuestra guía, que estuvo lleno de anécdotas y curiosidades y que, en base a las penas de unos y las glorias de otros, nos permitió aprender algo más de la historia de Barcelona, en una época en que el NODO nos informaba de todo lo que pasaba a nuestro alrededor… Eso sí, a su manera.

Tras regresar a casa, busqué en el nomenclátor de la ciudad si existía alguna calle de Barcelona dedicada al 26 de enero, y resulta que sí, exactamente en el Distrito de Sants-Montjuic. No obstante, ya no está dedicada al 26 de enero de 1939 (como fue en un inicio), sino al de 1641, cuando en plena Guerra dels Segadors, las tropas de Felipe IV fueron derrotadas por el grupo de autoridades catalanas que se habían alzado en armas contra los abusos del Poder real, entre los que figuraban Pau Claris, presidente de la Generalitat y Joan Pere Fontanella, conseller en Cap.

Para saber más:
Memòria BCN
Passejant per Barcelona

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