Hace unos meses tuve la oportunidad de visitar por primera vez Casa Gracia, y fue tan buena la impresión, que este año para la comida familiar de Año Nuevo hemos apostado por descubrir su restaurante: La Paisana. Un lugar que también ha conseguido sorprendernos.
Siguiendo el estilo del propio Hostel, que como ya expliqué apuesta por crear un ambiente acogedor y hogareño, el restaurante sigue también esa dinámica. Es sencillo e informal a la vez que elegante y sofisticado, donde los clientes externos comparten espacio con los huéspedes.
Situado en el local que hay junto a la entrada principal de Casa Gracia, lo primero que te va a sorprender es que no te darás cuenta de que es un restaurante hasta que entres en su interior, ya que la zona de acceso se puede confundir perfectamente con el escaparate de una tienda de muebles vintage. De hecho, los que lo han visitado lo definen como “un lugar escondido para disfrutar”, idea que comparto.
El restaurante dispone de diferentes espacios. El primero discurre junto a su larga barra de bar donde además de taburetes altos para un encuentro informal, hay diferentes mesas para pequeños grupos de comensales. Al final del local está lo que se puede definir como una “macro sala de estar”, con chimenea y un gran sofá, donde también hay dos mesas de comedor para grupos más numerosos. Y en el sótano están el resto de salas para eventos, donde destaca especialmente la que hay dentro de una antigua cámara acorazada, que todavía conserva en sus paredes las diferentes cajas fuertes que la conformaban, y que es ideal para sorprender a los invitados a un evento privado.
El restaurante está pensado como un espacio gastronómico donde se mezcla la cocina de fusión con la catalana tradicional, a través de una variada carta de tapas y platillos. En nuestro caso, dado que se trataba de Año Nuevo, pudimos degustar un menú especial para la ocasión, muy correcto en relación calidad-precio y con una cuidada presentación, por lo que en breve tendremos que regresar para vermutear, brunchear o disfrutar de un afterworks cuando cerremos la oficina, o ponernos algo más serios y disfrutar de un menú ejecutivo de mediodía o de una cena entre amigos, seguida de un cóctel de autor. ¡Pendiente en la agenda!
¡Ah! Y antes de marcharte, no debes dejar de recorrer el camino que te llevará hacia los baños del sótano, donde… Vale la pena que lo descubras por ti mismo. Es digno de hacerlo con una máquina fotográfica en la mano… ¡Ideal para instagramers!
Por cierto, de acuerdo con la apuesta de Casa Gracia por promover los comercios locales y de proximidad, en la zona de acceso al restaurante –junto a la calle- disponen de un espacio publicitario que cada mes ceden a uno de ellos para que se den a conocer. Una muy buena idea puesta en práctica, para ayudar a la promoción del barrio de Gracia desde un lugar privilegiado de la zona.
La Paisana de Casa Gracia
Passeig de Gràcia, 116
