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BIENVENIDO MR. HALLOWEEN

Los Estados Unidos de América, tal y como hoy en día los conocemos, y dejando a un lado la historia de las tribus de indios autóctonos de esas tierras, son un país con una corta historia a sus espaldas, cuyo inicio tenemos que situar oficialmente en el 4 de julio de 1776, cuando su Congreso aprobó la Declaración de Independencia que le separaba oficialmente de Gran Bretaña.

Frente a ellos está Europa, cuya historia la podemos situar 3000 años adC, con el nacimiento de la cultura minoica en la isla de Creta.

A pesar de ese desfase en la línea del tiempo, los europeos tenemos que reconocerles el mérito de habernos ganado la partida en el campo del márketing, ya que han conseguido que adoptemos tradiciones y modas basadas en nuestras propias raíces, pero adaptadas a gustos mucho más yanquis.

Entre ellas no incluyo productos como la goma de mascar o la Coca-Cola ya que son mérito de ellos, pero sí que lo hago con las hamburguesas (Alemania), la pizza (Italia), las patatas fritas (Francia) y, por supuesto, la fiesta de Halloween (en los países anglosajones) y de Todos los Santos (en los países latinos). Incluso, navegando por internet, en algunas páginas ya hablan de «la versión local del Halloween» cuando se refieren a nuestra tradicional Castañada.

Si algo hay que reconocer a los estadounidenses es el éxito de la globalización de su márketing

La globalización de la cultura es una realidad

La cultura es permeable y está continuamente expuesta a la globalización y a la influencia de tradiciones foráneas que, por suerte o por desgracia, se van incorporando a las nuestras cuando empiezan a llamar suficientemente la atención de manera colectiva. También hay que reconocer que la cultura de las zonas urbanas está mucho más expuesta a la influencia de los medios de comunicación y del consumismo capitalista que la de las zonas rurales.

Y os preguntaréis ¿y todo eso a qué viene? Muy fácil, es la explicación más exacta a porqué el Halloween le está ganando la partida a la Castañada, pese a quien pese. Aunque la fiesta de la Castañada se sigue manteniendo en los pueblos y las zonas rurales, no podemos negar que la de Halloween se está imponiendo a marchas forzadas en las ciudades y en las zonas metropolitanas… Aunque nos neguemos a aceptarlo, ¡es lo que hay!

Tradiciones ancestrales con disfraz

Pero vayamos paso a paso y busquemos los orígenes de esta tradición, ya que al final veremos que todo es lo mismo, pero “disfrazado” de diferente manera. Aunque la fiesta de Halloween se ha convertido en el carnaval que no suelen celebrar los estadounidenses en febrero, si le quitamos la máscara, descubriremos una fiesta con un profundo sentido místico y religioso, basada en tradiciones paganas relacionadas con la veneración a los difuntos.

En la antigüedad, entre los días 1 y 11 del último mes de su calendario, los celtas festejaban el Samhain o Año Nuevo. Durante estos días se celebraba el final de la temporada de la cosecha y se abrían las puertas del mundo para que los antepasados fallecidos regresaran a visitar a sus descendientes.

Por su parte, los romanos veneraban a sus familiares difuntos como protectores del hogar, y solían celebrar comidas rituales alrededor de sus tumbas. Las almas de esos difuntos estaban representadas por los dioses manes. Asimismo, durante los últimos días de octubre y primeros de noviembre, seguían la tradición de celebrar la “fiesta de la cosecha” para agradecer a los dioses todos los alimentos recibidos a lo largo del año agrícola que tocaba a su fin. Cuando ocuparon los dominios celtas, asimilaron la tradición del Samhain y la incorporaron a su propia fiesta de la cosecha.

Calendario celta
Calendario celta

Con la llegada del cristianismo, tal y como se hizo con otras muchas celebraciones paganas, se decidieron a cristianizarla, aunque manteniendo las mismas fechas del ciclo del año. Y así fue cómo nació All Hallows en los países anglosajones, o la noche de Todos los Santos en los países latinos: una fiesta basada en ritos paganos y relacionada con el calendario agrícola, pero con el visto bueno de la Iglesia.

Muchos años más tarde, llegarían las grandes emigraciones de irlandeses hacia Estados Unidos, que se llevarían con ellos esa tradición. Su nuevo país de adopción se encargaría de introducirla en la nueva cultura consumista, y la transformaría en el gran negocio que ha llegado a ser hoy en día.

Y la globalización ha acabado de hacer el trabajo de expandirla por el mundo, a lo que también ha ayudado la tendencia de los europeos a copiar a los estadounidenses simplemente porque son un país considerado superior.

En definitiva, que una tradición europea con mucha solera como es la de agradecer a la tierra sus frutos y la de expresar el respeto a nuestros difuntos, ahora la celebramos al más puro estilo made in USA, con máscaras, disfraces y dulces macabros.

Protocolo, liturgia y elementos festivos

Otro punto interesante a analizar es el protocolo que se sigue en la fiesta y algunos de los elementos que la caracterizan. Nos sorprenderá descubrir que la gran mayoría son tradiciones europeas, pero con el sello de las barras y las estrellas.

La calabaza con luz o Jack-o’-lantern

Calabaza de luz o jack-o’-lantern

Dentro de los elementos decorativos el más característico es la calabaza con luz o jack-o’-lantern.

Para buscar el origen de esta calabaza vacía con una vela en el interior no hace falta que saltemos el charco. En época medieval y como ya habían hecho antiguamente los celtas, en zonas de Osona y del Ripollés era habitual vaciar nabos, hacerles diferentes orificios en la corteza (a modo de cara humana) y colocar una vela en su interior para recordar el espíritu de los seres queridos que ya habían fallecido y que además, colocados en las ventanas durante la víspera de Todos los Santos, protegía los hogares y ayudaba a ahuyentar a los malos espíritus. La universalidad de esta tradición nos obliga a hacer un paralelismo con la leyenda oriental del Genio de la Lámpara.

El uso actual de calabazas gigantes tipo pumpkin, en lugar de nabos, lo explica el cultivo masivo de estas cucurbitáceas en muchos lugares de Norteamérica, especialmente en Estados Unidos y México. En la cultura popular irlandesa existen diferentes leyendas sobre el origen de esta tradición, como el cuento de Jack el Tacaño o el de Jack el del farol. Ambos están relacionados con pactos con el diablo y almas en pena obligadas a vagar en busca de un lugar en donde poder descansar.

¿Truco o trato?

Siguiendo con el protocolo, uno de los actos más populares es el recorrido que se realiza por la calle, llamando a las puertas y obligando a elegir entre ¿truco o trato?

Para empezar hay que hacer un breve análisis del significado de ambos términos. ¿Truco o trato? es una traducción libre de la expresión inglesa Trick or treat?, con la finalidad de darle la misma sonoridad en castellano. Pero ni trick es truco, ni treat es trato.

La palabra trick, aunque puede traducirse como truco cuando nos referimos a los juegos de cartas o a la magia, es más correcto usarla para trampa, broma o jugarreta. La palabra treat se refiere a darse un gusto, como comer un manjar o una delicia. Por lo que lo más cercano al significado exacto de la expresión original sería traducirlo como ¿broma o dulce?, lo que acarrearía que perdiese todo el encanto.

Pero lo más interesante es conocer el porqué de ese juego de palabras. Como hemos dicho la noche de Todos los Santos o de Samhain era el momento en que volvían a casa las almas de los que habían muerto para visitar a sus parientes, y se les ofrecían alimentos para recibirlos y evitar que se enfadasen. Esta creencia se revive cada víspera de Halloween, cuando grupos de niños y adolescentes acostumbran a ir de casa en casa negociando que se les entregue un dulce a cambio de evitar realizar alguna jugarreta. Aunque cueste pensarlo, el uso de disfraces quiere evocar a esas almas que antiguamente se acercaban a los hogares en busca de alimentos.

La gastronomía que no puede faltar

Y por fin llegamos al punto inevitable de toda festividad: su gastronomía. En eso los americanos aún no nos han conseguido ganar la partida, y continuamos siendo bastante reacios a aceptar sus poco apetitosas propuestas. ¡Un punto para nosotros!

A pesar de aceptar disfrazarnos de monstruos, brujas o de fantasmas, de maquillarnos como zombies o simular heridas o macabras amputaciones, seguimos decantándonos por el consumo de nuestros productos y dulces tradicionales de la temporada.

Si nos invitan a una fiesta de Halloween, sorprenderá ver que en la mesa no faltarán ni cucuruchos de castañas asadas, ni bandejas de panellets. Ya en la Edad Media, la castaña era el producto estrella de la temporada otoñal, y se consumía como principal fuente de carbohidratos cuando el grano empezaba a escasear. 

El origen de los panellets, en cambio, debemos buscarlo en la costumbre romana de elaborar panes votivos para ofrecerlos a los antepasados con la finalidad que los consumieran durante su viaje hacia el más allá. El uso de productos no perecederos como la miel, las almendras, los piñones o el azúcar era una manera de asegurarse que durarían a lo largo de todo el viaje hacia la eternidad.

Panellets de piñones

Si os animais a prepararlos en casa, o recomiendo el libro Fogons i Tradicions Memòries culinàries de la Maria Teresa de Ca Pellisa, de la M. Teresa Font i Blanch, donde nos hace un recorrido gastronómico por las tradiciones culinarias a lo largo del año, y en el que no falta una receta de panellets entre las dedicadas a la «Festa de Tots els Sants».

En fin, tanto si optas por americanizarte, como por seguir defendiendo nuestras tradiciones más profundas, piensa que al final todo procede del mismo árbol.

Por si queréis leer algunas más de nuestras historias sobre cultura internacional podéis cliclar aquí.

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